1. Haznos una breve presentación de quién eres y dónde desarrollas tu actividad profesional o cual es tu vida ahora.

Soy Kepa Lizarraga Sainz. Nací en Basauri, un 20 de junio de 1955 y, desde pequeño (hijo de Practicante de pueblo) me atrajo curar, o al menos intentarlo.
Como el Deporte Escolar me había demostrado sus virtudes, poco después de conseguir la Licenciatura de Medicina, en la E.H.U.- U.P.V. marché a la de Burdeos para hacer una Diplomatura en “Medecin et Biologíe des environements extrêmes”.
La formación reglada me llevó a defender una Tesis Doctoral en la Universidad de Salamanca y, posteriormente, a ser nombrado Profesor Honorífico por la E.H.U.-U.P.V.
Con esa formación, unía dos cosas que me llenan: la Medicina y el Deporte.
Durante 40 años he podido vivir de esas dos pasiones, trabajando en la antigua Casa del Deporte, de Bilbao y, posteriormente, en “Deportes” de la Diputación Foral de Bizkaia.
La mitad de esos años, aproximadamente, tuvieron como objetivo el logro del mejor rendimiento, mientras la otra mitad se centró en analizar qué ejercicio físico favorecería a cada persona atendida para mejorar su salud.
Me jubilé en diciembre de 2018 y, para empezar esa nueva vida de forma “sosegada”, cedí a la tentación y me fui al K2 en invierno, cuando aún no se había ascendido, con Alex Txikón.
En la actualidad sigo colaborando con las Federaciones Bizkaina y Vasca de Montañismo e imparto numerosas conferencias sobre seguridad en montaña, y también sobre envejecimiento activo, hablando ahora en primera persona, en numerosos centros y asociaciones.
Por otra parte, preparamos la publicación, espero que en breve, de un libro sobre montañismo sano y seguro, actualmente en fase de traducción a euskera.
Sigo haciendo montañismo, especialmente cuando es en sinergia con otras cosas, como la reivindicación desde Himalaya de recursos para la investigación de la ELA, o la convivencia con personas de etnia amazig en el Atlas marroquí.
¡Y ejerzo de Aitite!

2. ¿Por qué estabas en KAIT? ¿Qué te aportaba?

Ingresé en KAIT cuando creo que no éramos más de una docena de miembros, y fue una etapa preciosa, con inquietudes compartidas, como investigar cómo podía afectar la reducción de horas de Educación Física en el currículo educativo.
Trabajar con personas formadas en Educación Física, en Derecho, que entrenaban deportistas o impartían docencia, era una gozada.
Era poder contar, a golpe de teléfono, con personas inquietas y expertas en todo aquello que yo ignoraba. Poder buscar respuestas para aquellos temas de ejercicio, salud, legislación,… que iban a condicionar el futuro de nuestra población.
Cuando la actividad comenzó a dirigirse más hacía la gestión deportiva fui sintiendo que tenía menos que aportar.
Pero quedaban, y quedan, las relaciones de afecto personal con muchos socios y socias.
En el último Congreso, celebrado en Basauri, me hicisteis sentir que seguía “dentro”.

3. Indícanos algunos de tus hitos profesionales que te gustaría destacar.

Una de las cosas buenas de cumplir abundantes años es que tienes más tiempo para aprender y hacer.
Como hitos profesionales, y personales, citaría haber podido compartir sueños con cantidad de deportistas de todos los niveles. Y también personal técnico y federativo, familiares, … Eso me ha permitido conocer desde dentro muchos deportes, y muchas visiones del deporte.
También he podido disfrutar de los aspectos no competitivos: del ejercicio físico, y de sus grandes virtudes, especialmente, para contrarrestar el paso de los años.
Compartir es otra de las grandes lecciones del deporte, y la docencia es una excelente forma de compartir.
He firmado varios centenares de artículos de divulgación sobre diferentes deportes, presentado trabajos de investigación en numerosos congresos, incluso mundiales, y publicado más de una docena de libros sobre temática deportiva o histórica.
Además, sigo levantándome cada mañana con la inquietud de seguir aprendiendo, detalle que espero me acompañe siempre.

4. ¿Nos cuentas algo que has aprendido recientemente y que te gustaría compartir con nosotras/os?

En línea con lo anterior, estoy aprendiendo el uso de diversas tecnologías con el fin de mejorar la seguridad en actividades de montaña.
Desde las aplicaciones meteorológicas, a las de geolocalización, comunicaciones en zonas remotas, mejora de las posibilidades de supervivencia con elementos reflectantes, búsquedas mediante infrarrojos, etc.
Otro tema que despierta mis ganas de aprender es el de los tejidos inteligentes.
Desde aspectos estéticos a parámetros fisiológicos pueden ser controlados por esta tecnología cuyos límites, en el deporte y en la vida cotidiana, no acabo de vislumbrar.

5. Retos principales del futuro en la gestión del deporte o del deporte en general

En cuanto a los retos de futuro, tanto de la gestión de deporte como del deporte en general, creo que uno de ellos es romper los límites físicos de las instalaciones y ocupar todos los espacios vitales de los pueblos. Hacer que cada rincón y detalle favorezca la práctica de actividad física o deportiva.
También deben romperse las paredes que separan lo sanitario de lo deportivo, como empieza a ocurrir en algunos afortunados municipios. El aumento de la esperanza de vida no es suficiente, e incluso puede ser socialmente insostenible. Es preciso prolongar la vida libre de incapacidad, y para eso, el ejercicio físico es la más potente y eficaz “medicina”.
Por último, creo que la intergeneracionalidad es otro reto. Que algunas actividades físicas sean una oportunidad para acercar generaciones es un desafío a la hora de confeccionar el catálogo de ofertas de una instalación o municipio.

6. Y en lo personal… Recomiéndanos un libro, un grupo musical y un lugar para visitar.

No puedo recomendar UN libro. Ni UNA canción o grupo. Sería tanto como renunciar a todo los demás.
Pero si me veo obligado, Tres tazas de té, de Greg Mortenson, sería una de mis opciones. Totalmente recomendable si, además, puedes pasar unos días en Baltistán, en pleno invierno y casi solo.
Respecto a la música soy muy anárquico. Puedo disfrutar de la barroca y del gregoriano, pero también de canciones de Benito Lertxundi, Erramun Martikorena, Chambao o Fito, del jazz clásico o de la música country.
Y también disfruto del canto del mirlo al alba.
En cuanto a lugares a visitar, si en lo lejano me impactó el glaciar del Baltoro en invierno, en lo cercano me gustan algunos rincones apartados de Gorbea, y no precisamente su cima, o miradores de Urdaibai, como el de Ogoño o el Atxarre.